Por Enrique Quiroz García//El Escarabajo Roto
Rocío Nahle, ¡la infame!
Norma Rocío Nahle García, fue recibida en Oluta con una ceremonia chamánica.
Tras bajar de su lujosa y blindada camioneta de un valor no menor de 3 millones de pesos, (porque primero son los pobres) se abrió paso entre la muchedumbre acarreada desde los distintos municipios del sur de Veracruz.
El humo aromático de incienso y copal envolvió su humanidad nacida y crecida en el estado de Zacatecas. En tanto, el “Güero Jara”, metido a chamán, murmuraba algún tipo de fraserío aprendido en algún manual de “magia negra”.
La señora Nahle recibió de manos de “El Güero”, un “bastón de mando”, en tanto la liturgia causaba algún tipo de catarsis en la candidata de morena a la gubernatura de Veracruz. Algo así, como un exorcismo sui generis.
Extasiada por los aromas encantadores del incienso y el copal, la señora Rocío Nahle, sonreía al tiempo de abrir las manos y cerrar los ojos, como quien espera que la abundancia llegue a su vida. ¡Sí merezco la abundancia! -Tal vez- se dijo para sí. Seguramente esta frase la repitió en más de una ocasión, mientras, el chamán de la tierra de Malinalli, la tierra de la jícama jugosa y dulce, la tierra de la memela, aclamaba a los dioses prehispánicos para que no permitieran que se le cuestionara más a la exsecretaria de Energía sobre su inexplicable y grosero enriquecimiento que ofende a los más pobres de Veracruz.
Las dos veces diputada local y hoy candidata a una diputación federal Jessica Ramírez Cisneros fue quien en una lectura de niño de primer grado de primaria dio la bienvenida a la oriunda de Zacatecas.
Luego el exdelegado federal de Bienestar se aventó un demagógico discursito de porro oficialista y, finalmente, la candidata de morena entró al ruedo para cortar rabo y oreja en un discurso plagado de promesas amorosas que enternecieron tanto a los congregados que en un arranque onírico los llevo con Morfeo.
En Oluta no hay río; pero la candidata de Morena asegura que los olutenses van a pescar a los ríos de Oluta.
Rocío Nahle no conoce Veracruz.
Pudiera esto perdonársele si, cumpliera lo que vocifera en los aburridos mítines en los que ella es la estrella principal.
Por ejemplo, Norma Rocío Nahle García habla de transparentar y rendir cuentas al pueblo; pero soslaya los cuestionamientos que contradicen su discurso y la práctica en su estilo de vida que raya en la opulencia grosera en un estado marcado por la desigualdad social.
-Candidata, ¿cuándo va a producir gasolinas Dos Bocas? –Preguntó este reportero a la candidata de Morena.
-Pronto, muy pronto… -Respondió al tiempo que miraba a los congregados a su alrededor que esperaban escuchar la respuesta a la pregunta hecha por quien esto escribe.
-¿Cuánto tiempo es pronto, candidata? –Insisto y vuelvo a insistir a Rocío que, busca desesperadamente que sus guardaespaldas la asistan, se acerca una mujer policía vestida de civil que, se para frente a este reportero y trata de evitar que se le siga cuestionando a Nahle García.
-Candidata, ¿le pesa a su campaña el mal gobierno de la Cuarta Transformación en Veracruz? Candidata, ¿le pesa a su campaña el mal gobierno de Cuitláhuac García Jiménez?
No hubo respuestas.
Norma Rocío Nahle García “huyó” para no responder y con esto informar a la ciudadanía que, Dos Bocas producirá gasolinas en el mediano o largo tiempo, o, tal vez, nunca.
La señora Nahle evita a la prensa porque no tiene respuestas congruentes a lo paradójico que resulta decir que los pobres son primeros y vivir en una mansión rodeada de suntuosidades, mientras miles de ciudadanos viven en extrema pobreza y en la incertidumbre social.
En fin, aquello de no mentir, no robar y no traicionar es pura palabrería de quienes gustan vivir en palacios y mansiones.
En Oluta no hay río; pero la candidata de morena a la gubernatura de Veracruz no lo sabe, y no lo sabe porque no conoce Veracruz.
¡No puede haber gobierno rico y pueblo pobre! Es otra frase que acuñan en sus discursos quienes gustan engañar al pueblo trabajador, porque a ellos, a los “políticos” de morena, les encantan las camionetas de lujo, los palacios y las mansiones.
Tan Tan.
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